viernes, 13 de agosto de 2021

MATEO 5:44-45

Un ratón estaba sentado a la orilla de una charca, una astuta rana lo invitó a visitar sus dominios. El ratón deslumbrado aceptó. La rana, ató la pata del ratón a la suya y lo arrastró al fondo del estanque. Fue entonces cuando advirtió el ratón el peligro que corría pero ya era demasiado tarde y por mucho que suplicó la rana siguió su camino. Desde lo alto los vio un águila y pensando en su cena se lanzó sobre ellos, como tenían las patas atadas, se llevó a los dos y los devoró. 

Moraleja: El daño que se quiere hacer a los demás cae siempre sobre uno mismo.

               ♥ 

Si alguien te ha lastimado, te diré como actuar:

1.- ¡Identifica al verdadero enemigo! No vociferes, ni grites, con eso no resuelves nada. Reconoce que quien te hace daño actúa guiado por el maligno. Lanza tu dardo espiritual al blanco correcto. Es el diablo quien está detrás de todo. ¡Ve tras él!

2.- Cuando apuntes correctamente ¡dispara! Golpea al  "enemigo de las tinieblas" con la Palabra de Dios, reprende en el nombre de Jesús e impide que te cause más daño

3.- En Mateo 5:44-45, leemos lo siguiente: 

"Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos"

No pidamos venganza ni actuemos como una centella contra quien nos ha lastimado, no olvidemos  que Dios tiene para todos sus hijos una gran misericordia.

Te aseguro que el "principe del mal"  lo pensará dos veces antes de volver a molestarte. Leer la Palabra nos da las herramientas necesarias para salir victoriosos ante cualquier ataque.  

Bendiciones.

SU RESPUESTA FUE ESTA

Una vez le preguntaron a una mujer:

¿Qué obtienes orando a Dios regularmente?

No gano nada, respondió ella, al contrario, pierdo.

Y qué has perdido?

Su respuesta fue esta:

Perdí el orgullo, la arrogancia, la codicia la envidia, el placer de mentir, el gusto por el pecado, la impaciencia, la desesperación y hasta el desánimo que en ocasiones se apoderaba de mi.

               ♥ 

Te fijas, cuando oramos lo hacemos no para ganar sino para perder todo aquello que no nos permite crecer espiritualmente.

La oración educa, fortalece, sana, además es el único canal que nos conecta directamente con Dios. Nada más. 

Bendiciones.