Apreciada mentora, cuando pensé en el título que debía llevar cada una de mis reflexiones, recordé a las tres personas que dejaron huellas imborrables en mi vida: mi madre, mi padre y mi abuela materna. Ellos ya no están en este plano, pero sus principios, valores y enseñanzas, siguen presentes en mí.
Las quise titular: "Mi Rosagena", tomando en consideración las letras de sus nombres, pero algo muy dentro de mí, me decía: "ese no"
Se que el Señor me dio luz porque sin más allá ni más acá, llegó a mi mente "Semillas de Fe y Esperanza". Ese sería el nombre con el cual regaría cada uno de mis escritos.
Aún recuerdo que inmediatamente pensé en voz alta y dije:
"Mi buen Pastor, como no amarte si a pesar de haberte fallado infinidad de veces me llevaste a tu redil y a través del discernimiento otorgado por tu Espíritu, me permitiste entender tus verdades, preparándome para trabajar en tu obra redentora"
Colosenses 3:23-24 "Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, ▪ conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor"
Y no te miento cuando digo a todo pulmón:
No me pertenezco. Soy de él. ¡Aleluya...! ¡Aleluya...!
Gracias amiga del alma, por ser partícipe de mi aprendizaje bíblico.
¡Me tocó la mejor...!

Gracias por tus palabras. Te amo en Cristo. Amo tu crecimiento
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