Dos jóvenes vieron en el camino un par de zapatos viejos y pensaron que eran de un campesino.
Uno de ellos dijo:
"Hagámosle una broma; escondamos sus zapatos detrás de los arbustos para ver su cara cuando no los encuentre"
El otro respondió:
"No debemos divertirnos a costa de los más desposeídos. Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre, mejor coloca una moneda en cada zapato y luego nos escondemos para ver su reacción"
"Tienes razón, eso haré"
Volteó a su alrededor y no vio a nadie, la guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato, donde encontró otra moneda.
Su alegría fue tanta que cayó de rodillas, levantó la vista al cielo y en voz alta agradeció a Dios, mencionó a su esposa, también a sus hijos que no tenían pan para comer, pero que ahora, gracias a una mano desconocida no se irían a la cama con hambre.
El joven comenzó a llorar y el amigo le dijo:
"Te fijas, con esas dos monedas él podrá alimentar a su familia"
"Tienes razón, me has enseñado una lección que jamás olvidaré"
Deuteronomio 15:11 "Siempre habrá gente pobre en la tierra, así que te ordeno: Sé generoso con tus hermanos, los pobres y necesitados de tu tierra"
¡Mostremos misericordia, lo poco que podamos dar, puede ser todo lo que alguien más necesita...!





