"Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás"
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Cuando la crisis económica toca a nuestra puerta y nos impide resolver las necesidades básicas del hogar, el estrés, el desespero y la preocupación nos arropa de inmediato.
Ir a buscar comida fiada no es agradable para nadie, por el contrario, se siente vergüenza, casualmente esto le estaba ocurriendo a Teresa, una señora que se había visto en la necesidad de ir a fiar nuevamente en la bodega.
–"Lo siento, le dijo el propietario del negocio, usted tiene una cuenta bastante grande, debe mucho dinero y perdóneme la franqueza, pero no puedo seguir dándole productos fiados porque se que que usted nunca pagará lo que debe"
--"Estoy en busca de trabajo, dijo ella, le aseguro que si le pagaré"
.–"No puedo, negocios son negocios, dando la espalda para atender a un cliente que llegaba"
Entristecida regresó a su casa con las manos vacías y con lágrimas en los ojos pensó que cuando no hay dinero y menguan los recursos, todos se hacen a un lado.
Consiguió ubicarse en un vivero, debía regar las plantas, barrer el amplio patio que era cubierto por un buen número de hojas secas y atender a los clientes. Fue así como logró pagar la totalidad de sus deudas.
Igual pasa con cada uno de nosotros, por eso cuando los problemas amenacen con robarte la tranquilidad, aférrate con confianza a quien todo lo puede y reconoce que él es el único que puede ayudarte a salir de cualquier crisis.
No permitas que te abrace la desesperación, al contrario, dale la mano a Jesús. Él está dispuesto a suplir cada una de tus necesidades y a solventar cualquier percance.

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