Celebrar el nacimiento de Jesús no solo es un momento de alegría, sino también de reflexión sobre el amor y el sacrificio de Dios por nosotros.
Centremos nuestros pensamientos y corazón en el verdadero significado de la Navidad, fomentando una conexión más profunda con el Salvador y recordando que este evento trascendental, es el fundamento de nuestra fe.
1 Corintios 3:11 "porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo"
¡Aleluya, aleluya...!

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