MI TIEMPO CON DIOS
Reflexión: "El cojo y el ciego"
En un bosque vivían dos hombres.
Uno era ciego, el otro cojo.
Pero sus relaciones amistosas no eran muy buenas.
Una noche la selva ardió en llamas.
Por las limitaciones que cada uno presentaba, no podían escapar.
Viendo que se les acercaba el momento de la muerte, se dieron cuenta que se necesitaban el uno al otro.
En esos momentos críticos se olvidaron de la enemistad que los mantenía alejados.
Se pusieron de acuerdo en que el ciego cargaría al cojo sobre sus hombros y así funcionarían como un solo hombre, el cojo puede ver, y el ciego puede correr.
Fue así como lograron salvar sus vidas, sirviendo el percance para olvidar todo tipo de rencillas entre ellos.
Colosenses 3:12-14 "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; ▪soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. ▪ Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto"
El amor es la clave para ser más tolerantes, pues abre nuestra mente y corazón para aceptar a los demás a pesar de sus imperfecciones y diferencias.
Seamos flexibles con quienes nos rodean, no guardemos rencor por nadie, tampoco intentemos modificar a los demás.
Entre amigos debe existir el respeto, no está en tus manos decidir cómo se comporta el otro, pero sí cómo vas a actuar tú, hoy estamos bien pero no sabemos que pueda suceder mañana y de quien vamos a necesitar.
¡Todos somos valiosos...!