Aceptar a Cristo significa abandonar nuestro estilo de vida desorganizado y mundano, pero para que él nos transforme es necesario abrir la puerta del corazón y recibirlo por fe, como un acto de voluntad propia. Solo así nuestras transgresiones serán perdonadas y su Espíritu podrá convertirnos en una nueva vasija, haciéndonos la clase de persona que quiere que seamos.
2 Corintios 5:17 "Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!"
Él toca pero tú decides si darle entrada o no.
Apocalipsis 3:20 "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo"
Ora conmigo:
Padre, quiero dejar atrás todo lo que me aleja de ti y abrazar la nueva vida que tienes para mí. En el nombre de tu Hijo. Amén.

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