Caer en depresión por no encontrar una salida a las dificultades y sentir que todo se derrumba, sucede muy a menudo.
No es fácil asumir los problemas económicos, familiares, laborales, de salud o incluso, la muerte de un ser querido. Estas son situaciones que fácilmente entorpecen nuestra tranquilidad pero lo realmente maravilloso, es que el Dios viviente, está dispuesto a ayudarnos porque para él no hay nada imposible.
Si los tiempos no son los mejores, no te lamentes porque con lamentos no resuelves nada. Pon tu mirada en Cristo y entrégale tus preocupaciones.
1 Pedro 5:7 "Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes"
Seamos sensatos y conscientes, quizás no nos quite de imediato la carga que nos agobia, pero nos fortalecerá para que podamos sobrellevarla.
Salmos 55:22 "Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.

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