▪Cuando el desaliento invada tu alma, búscame: Yo soy el que soy, el que puede llenarte de gozo.
Éxodo 3:14 "Dios dijo a Moisés: —YO SOY EL QUE SOY. —Y añadió—: Así dirás a los hijos de Israel: “YO SOY me ha enviado a ustedes”
▪ Cuando te sientas sin ánimo, llámame: Yo soy la fuerza, puedo mover las piedras de tu camino y sobreponerte a las adversidades del mundo.
Isaias 40:29 "Da fuerzas al cansado y le aumenta el poder al que no tiene vigor"
▪ Cuando no sepas donde ir, corre junto a mi: Yo soy el refugio. En mí encontrarás guarida para tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu.
Salmos 46:11 "El SEÑOR Todopoderoso está con nosotros. El Dios de Jacob es nuestro refugio. Selah"
▪Cuando te falte la calma y no puedas conservar la serenidad, invócame: Yo soy la paciencia.
Romanos 15:5 "Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús"
▪ Cuando te sientas quebrantado, háblame: Yo soy el bálsamo que cicatriza tus heridas y alivia tus dolencias.
Salmos 147:3 "Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.
▪ Cuando te sientas desesperado, recuerda: Yo soy la esperanza.
Miqueas 7:7 "Pero yo esperaré en el Señor; pondré mi esperanza en Dios mi salvador, porque él me escuchará"
▪Cuando quieras rehabilitar tu alma, aclámame: Yo soy el perdón.
Salmos 86:5 "Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan"
▪ Cuando dudes de tus propias convicciones, y la incredulidad te robe la paz, recurre a mí: Yo soy la fe.
Hebreos 11:11 "Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido"
▪ Cuando estés en tinieblas, no temas: Yo soy la luz del mundo.
Juan 8:12 " Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida"
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Enseñemos a los más pequeños con nuestro ejemplo. Si ellos nos observan actuando de manera cónsona con lo que predicamos, harán lo mismo.
En nuestros hombros recae la responsabilidad de educarlos en la fe, es necesario decirles que conocer la grandeza del amor de Dios puede tocar su corazón y transformar su vida.
¿Sabes por qué...?
Porque a medida que crezcan y avancen en edad, los contratiempos pueden convertirse en un problema, por eso te sugiero que les hables poniéndoles el mejor de los ejemplos.
Deuteronomio 6:6-7 "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; ▪ y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes"
Es mi deseo que el buen Pastor te oriente en las decisiones que tomes.
Bendigo tu vida.