Proverbios 3:11-12 "Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. ▪ Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido"
Dios nos ama, eso es indiscutible, pero nos da el perdón junto con alguna medida disciplinaria y quien verdaderamente se siente arrepentido renuncia a lo indebido.
Él obra para glorificarse en nuestras vidas. Se esmera en que exhibamos vidas de santidad, vidas que reflejen la nueva naturaleza y el nuevo traje con el que hemos sido revestidos, porque solo así, estaremos preparados para mantener una fe reforzada y una relación renovada con el Padre.
1 Pedro 1:14-15 "Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. ▪ Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó"
¡Aceptemos sus correcciones con amor y obremos en consecuencia...!

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