La historia de Sansón y Dalila nos enseña sobre la importancia de la fidelidad a Dios y los peligros de ceder a la tentación.
También nos muestra como nuestras decisiones pueden tener consecuencias devastadoras si nos alejamos de los principios divinos.
Leamos en el poderoso nombre de Jesús:
Jueces 16:15-17 "¿Cómo puedes decir que me amas, si tu corazón no está conmigo? Ya van tres veces que me engañas, y todavía no me has dicho en qué consiste tu impresionante fuerza.» ▪ Y como ella lo presionaba y lo importunaba todos los días, su ánimo decayó y casi se murió de angustia, ▪ así que le abrió su corazón y le confesó: "Soy nazareo, y estoy consagrado a Dios desde antes de nacer. Por eso nunca ha pasado la navaja por mi cabeza. Si alguien llegara a raparme, las fuerzas me abandonarían y sería tan débil como cualquier otro hombre"
Sansón era invencible hasta el momento en el que decidió serle infiel al pacto que tenía con Dios.
Como a muchos, el placer mundano lo traicionó y en un momento de debilidad, reveló el secreto de su fuerza a Dalila, la mujer de la que estaba perdidamente enamorado.
Los filisteos raparon su cabeza cuando dormía y lo hicieron prisionero.
Cuando despertó, intentó dominarlos con su descomunal fuerza pero le fue imposible pues al romper su pacto con Dios, quedó desprotegido.
Este es un claro recordatorio de que la fortaleza no sólo radica en la musculatura, sino también en la fidelidad y obediencia a quien todo lo puede.
Ora conmigo:
Señor, mi deseo es no fallarte pero estoy consciente de que en cualquier momento puedo caer. Te pido discernimiento para mantenerme firme y tener presente que el enemigo hará todo lo posible por destruirme. En el nombre de Jesús. Amén.
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