La Navidad no es un mito, tampoco una tradición. ¡Es una realidad gloriosa y un tiempo de alegría...!
El pesebre de Belén se convirtió en el vínculo que unió a un mundo perdido con un Padre amoroso.
De ese portal vino un Hombre que no solo nos enseñó una nueva forma de vivir, sino que nos ofreció un puente para poder restaurar la relación que a causa de la desobediencia perdimos con el Creador.
En estas fechas decembrinas, no te preocupes por estrenar ni por formar parrandones, sencillamente, vistete de amor.
Colosenses 3:14 "Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto"
Ora conmigo:
Señor, mientras recuerdo tu nacimiento en ese humilde establo, limpia mi corazón para que sea un regalo puro para ti. En el nombre de Jesús. Amén.

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