En el libro de Jonás, podemos ver cómo Dios utiliza incluso las situaciones más extremas para traer a su pueblo de vuelta a su camino. Aquí se narra como el Creador le ordena a Jonás ir a Nínive a predicar, pero éste decide huir en dirección opuesta y como resultado de su desacato, fue tragado por un gran pez.
Jonás 1:17 "Pero el Señor tenía preparado un gran pez, para que se tragara a Jonás; y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches"
Este episodio no solo simboliza las consecuencias de tratar de escapar del propósito divino, sino también la posibilidad de redención. Mientras estuvo en el vientre del pez, Jonás oró, reconociendo su error y pidiendo ayuda.
Jonás 2:1-2 "Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez, ▪︎ y dijo: «Señor, en mi angustia te invoqué, y tú me oíste. Desde el fondo del abismo clamé a ti, y tú escuchaste mi voz"
Esta parte de la historia nos recuerda que siempre podemos volver a Dios, sin importar cuán lejos hayamos estado de él.
Ora conmigo:
Padre amado, este relato biblico, es un claro recordatorio de tu paciencia y compasión, así como de la importancia de la obediencia a tu llamado. En el nombre de tu Hijo. Amén.

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