"Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote,▪ y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén"
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Saulo nunca imaginó que su viaje sería divinamente interrumpido:
Hechos 9:3-6 "Mientras iba de viaje, llegando cerca de Damasco, aconteció de repente que le rodeó un resplandor de luz desde el cielo. ▪ Él cayó en tierra y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?▪ Y él dijo: —¿Quién eres, Señor? Y él respondió: —Yo soy Jesús, a quien tú persigues.▪Pero levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que te es preciso hacer"
Los que viajaban con él vieron la luz, pero no escucharon la voz. El hombre que posteriormente entregaría su vida a Jesús, quedó temporalmente ciego a causa de aquel maravilloso encuentro por lo que sus acompañantes tuvieron que guiarlo hasta la ciudad.
Hechos 22:11 "Como no podía ver a causa del resplandor de aquella luz, fui guiado de la mano por los que estaban conmigo, y entré en Damasco"
En Damasco, se encuentra con Ananías, un hombre piadoso conforme a la ley y enviado por Cristo para sanarlo.
Ananías cumple la petición del Señor y al recuperar la vista inmediatamente se bautiza.
Hechos 9:17-18 "Entonces Ananías fue y entró en la casa; le puso las manos encima y dijo: —Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recuperes la vista y seas lleno del Espíritu Santo.▪De inmediato le cayó de los ojos algo como escamas, y volvió a ver. Se levantó y fue bautizado"
Ananías le dijo a Pablo:
Hechos 22:14-15 "El Dios de nuestros padres te ha designado de antemano para que conozcas su voluntad y veas al justo, y oigas la voz de su boca. ▪ Porque serás su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído"
Sin lugar a dudas su encuentro con el Señor, abrió la puerta a quien se convertiría por el resto de su vida en un servidor ejemplar de Cristo. El “Perseguido” salvó a su perseguidor y lo convirtió en su mensajero.
1 Corintios 9:2 "Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor"
De ahí en adelante inicia en la vida de Pablo una trayectoria de entrega a su Salvador.
Pablo mismo testificó sobre la causa de su compromiso y arduo trabajo por el evangelio:
2 Corintios 5:14-15 "Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;▪ y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos"
Siendo dominado por el amor de Cristo, Pablo nos dibuja como luce una vida entregada a la causa de aquel que murió en la cruz por el perdón de nuestros pecados.
La experiencia de salvación que tuvo, y el ser objeto del amor y la gracia del Hijo de Dios, fueron el motor de su entrega absoluta, tal y cual lo escribió a los gálatas:
Gálatas 2:20 "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí"
La historia nos cuenta que el apóstol murió al ser ejecutado en medio de la persecución del emperador Nerón contra la iglesia. No obstante, su actitud de servicio aún sirve de estímulo y exhortación para los cristianos de todas las épocas.
La extraordinaria vida de este servidor de Dios, sus constantes padecimientos y su resolución a morir por proclamar a Cristo, fueron muestra del amor que profesó a su Señor.
Al igual que Pablo, tú y yo, podemos entregar nuestras vidas a Jesús y ver cuán maravillosa puede ser su gracia y bondad al usarnos como instrumentos para predicar el evangelio a otras personas.
¡Anímate...! ¡Este es el momento justo...!