"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz"
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Fue el Hijo de Dios quien se despojó de su rango divino para compartir nuestra condición humana; su arma fue el perdón; su revolución la hizo por medio del amor y el signo de su triunfo quedó grabado en el madero de la cruz.
Todos los días nace Jesús, en aquellos corazones que se abren para recibirlo como si fueran pesebres.
Todos los días nace Jesús, en aquellos que llenos de gozo no solo cantan sino que dan gloria al Padre con sus obras.
Todos los días nace Jesús, en aquellos hogares donde padres e hijos se esfuerzan por comprenderse y amarse.
Todos los días nace Jesús, en tanta madre soltera que a brazo partido trabaja sin descanso para llevar a los suyos el alimento.
Todos los días nace Jesús, en aquellas personas que en los campos, en las fábricas, en las oficinas, cumplen su labor cotidiana, sin egoísmos ni envidias, solo pensando que con su trabajo contribuyen al bienestar de la sociedad.
Todos los días nace Jesús, en aquellos hospitales donde el personal médico tiene que luchar contra la enfermedad y la muerte.
Todos los días nace Jesús, en los medios de comunicación que nos transmiten la verdad sin manipulaciones.
Todos los días nace Jesús, en las escuelas donde los maestros educan y van formando no solo con la palabra sino también con el ejemplo.
Todos los días nace Jesús, en aquellas autoridades que con honestidad buscan la justicia, el desarrollo y la paz para sus pueblos.
Todos los días nace Jesús en aquellas personas que consagran su vida a Dios y viven con fidelidad su compromiso, sirviendo a Cristo como debe ser.
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Pidamos al buen Pastor nos prepare a través de su Espíritu para que en estas navidades, seamos portadores de buenas nuevas.
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