Puede que no entendamos muchas de las pruebas que atravesamos durante esta vida, sin embargo, de una cosa podemos estar seguros, Cristo sabe como ayudarnos y sanar nuestras heridas, incluidas las que parecen irreparables.
Deja que dirija tu vida, él no quiere que sufras, ¡háblale, desahógate, suelta ese dolor...! su pronto auxilio está a nuestra disposición.
No permitas que las aflicciones del mundo te derriben...!
Salmos 16:1 "Guárdame, oh Dios, porque en ti me he refugiado"

No hay comentarios:
Publicar un comentario