A raíz de la desobediencia de Adán y Eva, Dios trazó el plan perfecto para nuestro perdón, decidió enviar a su Hijo a morir en la cruz y así darnos la oportunidad de vivir con él por la eternidad.
Solo hay un camino para llegar al Padre y nadie a pesar de su reputación o santidad personal, puede venir a él excepto a través de Jesús.
Juan 14:6 "—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí"
Además de salvarnos de nuestros pecados, Cristo nos ofrece fortaleza en tiempos de angustia.
Cuando te inviten a buscarlo con fe, no lo dudes y piensa que esa es la invitación más importante que cualquier persona pueda aceptar.

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