Cierto día una amiga a la que aprecio de corazón me dijo:
"Siempre que hablamos te escucho decir: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pero quiero que me saques de una duda.
Pregunta lo que quieras, respondí yo.
"Acepto que digas eso cuando nada te inquieta o no hay problemas que te quiten el sueño, pero dime, ¿dirías lo mismo si tu salud está quebrantada o uno de tus hermanos está perdido en los vicios...?
Me sonreí y respondi:
"Eso es lo que Dios espera que hagamos, que sin importar cuales sean las tribulaciones o tormentas que estemos enfrentando, permanezcamos fieles, confiando y creyendo en sus Promesas, además nuestra relación con él no tiene que estar condicionada a como nos va en la vida o como nos tratan las circunstancias. Su poder no tiene limites y por mucho que te cueste creer, su potestad está por encima de lo que tus ojos puedan ver"
Sin duda alguna:
Filipenses 4:13 "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"
Seguirá siendo mi grito de guerra porque con él soy más que vencedora.

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