Para sentirse seguro, un niño al dar sus primeros pasos busca estabilidad aferrándose a las manos de su madre o de su padre, igual sucede, con todo el que ha decidido aceptar a Cristo como Señor y Salvador porque para estar firmes y avanzar sin miedo, es necesario CONFIAR, es eso lo que Dios quiere, que confiemos en él y tengamos presente que ser un discípulo de su Hijo, no nos libra de pruebas y tribulaciones.
Su Espíritu nos prepara para salir victoriosos, sin embargo, aunque nuestras malas decisiones muchas veces nos hacen caer, es a través de esas caídas que somos moldeados según su voluntad para dar cumplimiento a sus propósitos.
Job 42:2 Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes"
Ten por seguro que el sufrimiento y las aflicciones vienen con una finalidad y una recompensa.
Nahúm 1:7 "Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían"

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