Si eres de las personas que por el trajín diario no agradeces al Señor por todas las bendiciones que te da, te diré de forma sencilla lo que debes hacer:
Cada mañana, dirígete a él en actitud de respeto y agradece no solo la dicha que tienes de ver el Sol de un nuevo día, reconoce su gracia cuando recibas la llamada de un familiar, un amigo, un compañero de clases o trabajo.
Cuando tus ojos se deleiten viendo la belleza natural.
Cuando te den buenas noticias, también cuando no.
Al escuchar un testimonio sobre como él ha obrado en determinada situación.
Cuando no tienes nada en la despensa y aparece un ser bondadoso extendiéndote su mano.
Cuando logras conversar con personas que en lugar de criticar, edifican.
Cuando te dan un buen resultado médico o un buen consejo.
Cuando te reúnes con tus hermanos para alabar a Dios.
Cuando compartes con tus amigos y les comentas lo que Cristo ha hecho por ti.
No busques excusas pero si tiempo para mantener comunión con quien desea escucharte.
Salmos 75:1 "Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias e invocamos tu nombre; ¡todos hablan de tus obras portentosas!
¡Vive tu día a día reconociendo sus bondades y siente su protección...!
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