Sin lugar a dudas escuchar el canto de las aves es una experiencia maravillosa y observarlas en su hábitat natural un privilegio, reconozcamos las bondades que el Señor nos ofrece y mostremos agradecimiento por la alegría de un nuevo despertar.
Lamentaciones 3:22-24 "El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confío!"
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