La Palabra de Dios llena de ánimo a quien la lee. ¿Sabes por qué...?
Sencillamente porque él es nuestro mejor aliciente.
Por eso, al abrir tus ojos en la mañana dí:
Señor, no importa lo que tenga que enfrentar hoy, sé que estás conmigo ayudándome y dándome el valor para cumplir con todo lo que me corresponde hacer.
En este nuevo día te entrego mis afanes y ansiedades. Si caigo, me levantas y me ayudas a continuar, porque tú eres mi apoyo y de ti recibo ánimo para seguir adelante.
Salmos 55:22 "Confía al SEÑOR todas tus preocupaciones, porque él cuidará de ti; él nunca permitirá que el justo quede derribado para siempre"
Gracias porque siempre me acompañas y sé que nunca me abandonarás.
Deuteronomio 31:8 "El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes"

No hay comentarios:
Publicar un comentario