Las Sagradas Escrituras reseñan un pasaje bíblico que bien vale la pena recordar a cada instante.
En los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se lee que los discípulos de Jesús muestran angustia en medio de una gran tormenta y no logran entender como él se siente tan confiado.
Marcos 4:38 "Y él estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal, pero lo despertaron diciendo: —¡Maestro! ¿No te importa que perezcamos?"
Parece mentira pero lo mismo sigue sucediendo hoy en día porque cuando enfrentamos un problema, lo primero que nos viene a la mente es pensar que estamos perdidos.
Si sentimos pánico recordemos lo que el Mesías dijo a quienes estaban en la barca:
Mateo 8:26a "—¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?"
Dejarse dominar por el temor, es abrir el telón para que entre en escena la desesperación que es la encargada de confundirnos para no vislumbrar la salida.
La duda demuestra falta de madurez espiritual, además nuestra confianza en quien todo lo puede debe tener raíces profundas, a fin de resistir los vientos de las tentaciones, de las doctrinas falsas, de la adversidad y de los ataques del enemigo.
Salmos 1:3 "Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae. Todo lo que hace prosperará"
Todo tiene un porqué y si las cosas no se dan como esperamos, reconozcamos que él es quien decide porque su voluntad prevalece.
1 Juan 5:14 "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye"
¡Confía...! ¡Mantente firme..." ¡No dudes ni un instante...! recuerda que si Jesús está en tu barca es imposible naufragar y no olvides que el alimento espiritual es lo único que nos mantiene fuertes y saludables, como una dieta equilibrada.

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