Leamos:
Erosgen tenía dos hijos.
Uno lo acompañaba a cazar todos los días, el otro por flojera sacaba cualquier excusa para no ir.
Cuando regresaban, la mejor presa le tocaba al que se quedaba en la casa.
Descontento con esto, el chico lanzó a su hermano algunos reproches y enfurecido le dijo:
- "Salgo con papá sin protestar, sufro en todo momento, mientras que tú sin hacer nada, disfrutas de mi faena"
El otro le contestó:
- "No es a mi a quien debes reclamar, sino a nuestro padre, ya que en lugar de enseñarme a trabajar como a ti, me ha dejado vivir tranquilamente del trabajo ajeno"

No hay comentarios:
Publicar un comentario