Padre amado:
Cuando el sol de un nuevo día no me recuerde tu bondad, PERDÓNAME,
Cuando mi fe me traicione, PERDÓNAME.
Cuando me cueste sentirte o escucharte, PERDÓNAME.
Cuando sea incapaz de defender tu nombre, PERDÓNAME.
Cuando tu imagen en la cruz no me conmueva, PERDÓNAME.
Cuando el dolor de otros me sea indiferente, PERDÓNAME.
Cuando me sienta dichosa de pecado en pecado, PERDÓNAME.
Cuando el agua calme mi sed y olvide que tu eres el verdadero manantial, PERDÓNAME.
Cuando el peligro ronde mi vida y el susto me impida sentir tu Presencia, PERDÓNAME.
Una y mil veces PERDÓNAME Señor, pero no me quites el gozo que invade mi corazón desde que te acepté como mi Señor y Salvador.
1 Juan 2:2 "Él sacrificó su vida para quitar nuestros pecados y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo"

No hay comentarios:
Publicar un comentario