Mateo 27:46
"Como a las tres de la tarde, Jesús gritó con fuerza: —Elí, Elí, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”)"
El rompimiento se ha dado, el Hijo crucificado por primera vez siente la separación de su Padre.
Cuando Cristo tomó en la cruz los pecados del mundo, Dios "se separó de él".
El apóstol Pablo explicó el glorioso misterio de la expiación sustitutiva por nuestros pecados de esta manera:
2 Corintios 5:21 "Al que no conoció pecado, por nosotros Dios lo hizo pecado, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él"
Vale la pena recalcar que en tiempos de angustia el rey David las pronunciaba, tal cual lo reseña el Antiguo Testamento:
Salmos 22:1 "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lejos estás para salvarme, lejos de mis palabras de lamento"
🙏🏻
Que la CUARTA PALABRA, nos permita entender que en su muerte agónica Cristo experimentó la separación de su amado Padre y que gracias a su sacrificio tenemos la seguridad de que, incluso cuando somos probados, él jamás nos abandona.

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