Actuar bajo los preceptos bíblicos, mostrando un comportamiento que sea de agrado a Dios, es lo que se requiere para que él nos bendiga en abundancia y nos guíe por senderos de luz.
No contar con su amonestación, es hacer lo indebido y andar sin brújula como barco a la deriva.
Proverbios 3:11-12 "Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones.▪ Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.
Hagamos lo que él espera, eso sí, sin olvidar que caminar bajo su amparo no nos librará de tropezar, caer y pensar que levantarnos será difícil.
Para evitar esto, tengamos presente lo que dijo David:
Salmos 119:71-72 "Me hizo bien haber sido afligido, porque así llegué a conocer tus decretos.▪Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de monedas de oro y plata"
¡Ya lo sabes, no desesperes, respira profundo y no te alejes de él...!

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