En la época que actualmente estamos viviendo, no es extraño escuchar la expresión que dice:
"SI NO LO VEO, NO LO CREO"
Ese fue el mismo decir de Tomás, el discípulo de Jesús a quien le anunciaron la resurrección y se negó a admitirla, alegando que era preciso ver.
Juan 20:25 "Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré"
Estas actitudes incrédulas para nada asombran, son posiciones que en ocasiones se asumen cuando la respuesta o el milagro que se espera, tarda en verse reflejado.
Leamos lo que el mismísimo Jesús le dijo a Tomás:
Juan 20:29(b) "bienaventurados los que no vieron, y creyeron"
Esa es la fe que abre puertas, mi madre la experimentó infinidad de veces a lo largo de su vida.
Pide y antes de ver, regocijate en el Señor, ora a diario, aviva tu confianza, para que Dios Padre te de la victoria en todas las áreas de tu vida.

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