Jesús venció a la muerte y con ello, encendió de nuevo la llama de la esperanza en cada uno de nuestros corazones. Sin embargo, sentirse vacío, frío, triste y desconsolado, es natural, somos seres humanos, pero él nos recuerda que tiene el poder para revivir sentimientos adormecidos, sueños apagados y fuerzas agotadas.
Juan 11:25 "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá"
Cada mañana al levantarte, disfruta con gozo, recuerda que la piedra ha sido removida, el sepulcro está vacío y ese fuego que parecía apagado, vuelve a encenderse porque cuando Cristo resucitó, nos regaló también la posibilidad de comenzar de nuevo.
No importa si estás roto, si tienes miedo o no sabes por donde empezar. Él vive y todo puede volver a la vida.
Ora conmigo:
Señor, gracias por permitirme comprender que después del silencio, viene el canto; después de la cruz, la vida y después de la noche, el amanecer. Hoy me abrazo a tu promesa y grito con el alma: ¡Tú vives, y yo también viviré! En el nombre de tu Hijo. Amén.

























