Cuando te ofendan, no respondas buscando herir a tu agresor, ¡no lo hagas...! ¡no vale la pena...!
Por mucho que te cueste, intenta mantener la calma para que tu hablar sea como la miel o el agua dulce, así como lo hizo Cristo.
Efesios 4:29 "No pronuncien ustedes ninguna palabra obscena, sino sólo aquellas que contribuyan a la necesaria edificación y que sean de bendición para los oyentes"
Ora conmigo:
Padre Santísimo, ante ti confieso mis faltas y te pido perdón por todo pecado de ira, impaciencia, intolerancia, rebeldía y soberbia. Ruego me regales un espíritu noble, manso, apacible y alegre. En el nombre de Jesús. Amén.

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