Es la oración la que nos permite estar en línea con el Creador, así que, cuando se te presenten situaciones difíciles, clama a él no sin antes reconocer tus limitaciones y la necesidad de su ayuda.
Salmos 50:15 "Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás"
Suplicarle implica hablarle desde lo más profundo de nuestro ser y utilizando un lenguaje sincero. No necesitas palabras elegantes porque él conoce el corazón de cada ser viviente.
Se persistente, pide, ruega e implora con insistencia, eso demuestra confianza en que él escuchará tu petición.
1 Tesalonicenses 5:17 "Orad sin cesar"
¡Y seamos agradecidos no solo cuando se nos otorga la victoria, sino, en todo momento!
Ora conmigo:
Señor, aparte de ser nuestro refugio seguro, tú nos escuchas y es la oración la que nos permite acercarnos a tu Presencia. Seguiré orando en el nombre de Cristo. Amén.

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