domingo, 1 de junio de 2025

¡UN ENCUENTRO TRANSFORMADOR!●

Leamos en el poderoso nombre de Cristo:

Marcos 10:47-48 "Al oír que era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». Muchos lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!"

El versículo bíblico nos habla de Bartimeo, un hombre ciego que sentado al borde del camino, escucha el bullicio de la multitud que seguía a Jesús y aunque él no podía ver, su corazón presintió algo que muchos con vista no lograban entender: el Salvador estaba cerca y esta era su oportunidad para cambiar su vida. 

Sin importar las críticas o las voces que intentaban silenciarlo, Bartimeo clamó con más fuerza y fue así como su persistencia en la fe lo llevó a un encuentro transformador con Cristo.

Ahora yo te pregunto:

¿Cuántas veces has permitido que la duda, el miedo e incluso las opiniones de los demás te detengan? 

El mundo en el que vivimos, nos enseña a darnos por vencidos con facilidad, a buscar soluciones donde no debemos e incluso, "a tirar la toalla", como dice el refrán y a no insistir porque parece demasiado difícil, pero Bartimeo es quien nos recuerda que la fe depende de lo que nuestro espíritu y corazón creen.

Ser persistente, significa no rendirse cuando las circunstancias parecen imposibles. Es seguir clamando a Dios en medio de la incertidumbre, con la certeza de que él escucha nuestras súplicas porque su poder de obrar es ilimitado. 

No importa cuán difícil sea la situación o cuánto tiempo lleves esperando, el Creador siempre responde a quienes confían ciegamente en él.

Ora conmigo:

Señor, hoy vengo dispuesta a clamar como Bartimeo para que mi petición llegue a ti como una ofrenda de confianza, sabiendo que tú tienes el control de mi vida. En el nombre de tu Hijo. Amén. 




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