Cada nuevo amanecer nos recuerda la oportunidad de comenzar de nuevo y de experimentar una verdadera renovación en nuestra vida.
Salmos 143:8 "Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma"
Y el rey David, en este salmo, nos muestra el secreto: buscar la guía de Dios desde que abrimos los ojos por la mañana, entregándole nuestras preocupaciones, planes y temores.
Es normal que las cargas del día a día puedan hacernos sentir agotados, confundidos o incluso derrotados. Sin embargo, como David, debemos aprender a elevar nuestra alma a Dios, reconociendo que solo él tiene el poder de renovarnos.
Permitr que él nos guíe, es darle un giro trascendental a nuestra vida, porque en lugar de caminar en medio de la confusión, comenzamos a avanzar en dirección a su voluntad, confiando en que su misericordia es suficiente.
Renovarse significa rendirse a su plan, marchar con fe y aceptar que cada día es una oportunidad para reflejar su gloria.
Salmos 143:10 "Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno firme"
Ora conmigo:
Amado Padre, que en este día pueda ser luz en medio de las tinieblas y vivir con la certeza de que en ti todo es posible. Gracias por tu fidelidad, por tu bondad inmerecida y por la paz que me das. En el nombre de tu Hijo. Amén.
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