La frase "ayúdate que yo te ayudaré" refleja la idea de que debemos al menos intentar resolver lo que nos aqueja antes de esperar cooperación de parte de los demás.
Escrito está:
Proverbios 13:4 "El perezoso desea y nada consigue, pero el que es diligente será prosperado"
Esto sugiere que debemos esforzarnos y trabajar en nuestras propias dificultades antes de recibir apoyo.
Así que, aunque la frase en sí no es bíblica, el principio de esmerarse, luchar y ser proactivo tiene respaldo en la sabiduría que Dios a través de su Espíritu nos otorga.
Josué 1:9 "Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas"
Estas palabras de consuelo son el incentivo que nos conducen a superar nuestros propios desafíos.

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