La luz y la oscuridad tienen significados profundos en la vida espiritual del ser humano.
La primera simboliza el bien y la verdad, mientras que la segunda se asocia con el mal, la confusión y la separación de Dios.
Veamos lo que dice el Libro Sagrado:
Juan 8:12 "—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida"
1 Juan 1:5 "Este es el mensaje que hemos oído de él y que anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad"
Te das cuenta, Jesús se describe a sí mismo como la luz del mundo y nos orienta a vivir bajo su resplandor, que no es otra cosa que cumplir con sus mandamientos, y tener una relación cercana con él.
Ora conmigo:
Señor, no estoy dispuesta a alejarme de tu brillantez porque sé que la penumbra representa todo lo que nos aleja de ti. En el nombre de tu Hijo. Amén.

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