Entonces dijo Dios:
Génesis 1:26(a) "¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza!"
Pero, ¿qué significa realmente esto?
Ser hechos a su imagen implica reflejar su carácter: amar, perdonar, actuar con justicia, buscar la verdad y vivir en santidad.
En un mundo que constantemente nos invita a alejarnos de estos valores, mantenernos firmes puede parecer un desafío inalcanzable. Sin embargo, Jesús vino para mostrarnos que con él no hay imposibles porque él es el ejemplo perfecto de cómo vivir conforme al corazón de Dios.
Piensa en las veces que has tenido la oportunidad de responder con paciencia, pero elegiste la ira, o en esos momentos donde una palabra de compasión pudo haber traído paz, pero decidiste el silencio. Dios te llama hoy a no olvidar que eres su obra maestra y por tanto, debes reflejar su amor.
Ser transformados a su imagen no acontece de la noche a la mañana. Es un proceso continuo, lleno de aprendizajes, caídas y victorias.
Dale entrada en tu vida para que su Espíritu te modifique y puedas parecerte más a él.
Ora conmigo:
Señor, permite que mi vida sea un reflejo de tu misericordia, para amar como tú amas y ser paciente como lo eres conmigo. En el nombre de tu Hijo. Amén.

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