martes, 1 de julio de 2025

¡EVALÚA TUS PRIORIDADES...!●

Anacleto era un hombre que lo tenía todo: una familia amorosa, salud y un trabajo estable. 

Pero su corazón siempre anhelaba más. 

Cierto día, el jefe de la empresa en la cual laboraba, le ofreció un aumento salarial con la condición de que debía trabajar 16 horas al día incluyendo los fines de semana. 

Él aceptó porque su interés era ganar más.

Afanarse sin descanso lo llevó a descuidar su hogar, perdiendo momentos irrepetibles con sus hijos y fracturando su matrimonio. 

Cuando finalmente obtuvo lo que tanto quería, se dio cuenta de que había perdido lo más valioso: las bendiciones que Dios ya le había dado.

Lucas 12:15 "Manténganse atentos y cuídense de toda avaricia, porque la vida del hombre no depende de los muchos bienes que posea."

Jesús nos advierte sobre la trampa de la codicia y la ambición, porque cuando el deseo de tener más se convierte en el centro de nuestro corazón, nos alejamos del verdadero tesoro: la presencia de Dios y el amor de quienes nos rodean. 

No te compares con nadie y da gracias a Dios por lo mucho o poco que tienes. Recuerda que la vida abundante no depende del saldo de tu cuenta bancaria, sino de la paz que viene al saber que él es tu proveedor. 

No pongas tu confianza en las riquezas que se desvanecen; ponla en aquel que nunca te fallará.

Ora conmigo:

Gracias, Señor, por recordarme que mi valor no está en lo que poseo, sino en ser tu hija. En el nombre de Cristo. Amén.



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