Hay momentos en los que nada nos sale bien, pareciera que todo está en nuestra contra. Las relaciones se fracturan, las personas que amamos nos lastiman y sentimos que la nostalgia nos abraza con fuerza.
Es en esos días oscuros cuando estas palabras resuenan con poder:
Miqueas 7:7 "Yo, por mi parte, pondré la mirada en el Señor, y esperaré en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios habrá de escucharme!
Sentirse incomprendido, a todos nos pasa, enfrentar conflictos en casa también, pero la respuesta no está en pelear con nuestras propias fuerzas, sino en levantar la mirada y esperar en el Señor.
La fe nos enseña que perseverar en Dios es confiar en él.
Salmos 27:14 "¡Espera en el Señor! ¡Infunde a tu corazón ánimo y aliento! Sí, espera en el Señor!"
Cuando no haya quien te defienda, él será tu refugio y cuando sientas que tus palabras caen en oídos sordos, recuerda que hay un cielo entero atento a tu voz.
El enemigo querrá hacerte creer que tus peticiones se pierden en el vacío, pero su Palabra nos asegura que él nos escucha.
¡No te rindas...! porque no hay dolor que pase desapercibido, ni clamor ignorado.
Si las personas te decepcionan, Dios seguirá firme a tu lado porque él no solo nos escucha, sino que obra, aún cuando no lo vemos.
Ora conmigo:
Padre amado, llena mi alma de paz, sana las heridas que no se ven y renueva mi corazón a través de tu Espíritu. Hoy decido esperar en ti, con la certeza de que nunca me dejarás sin respuesta. En el nombre de tu Hijo. Amén.

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