Parece mentira pero para muchos es más fácil desanimar que inyectar ánimo.
Cuando la gente te diga: "estás loco, mejor no te ilusiones”, "no lo lograrás por mucho que te esfuerces", aférrate a Dios. No como un “plan B” sino como el centro de toda esperanza. Porque nuestro Dios también se mueve con poder en lo sobrenatural. Lo que para el ser humano es imposible, para él es terreno fértil y si así lo decide puede ocurrir un milagro.
Quizás hoy estés enfrentando una situación que te está desgastando o tal vez, estés luchando con una enfermedad, con deudas que no paran de crecer o con heridas del alma que no has logrado sanar.
Sea cual sea el caso, recuerda esto: Dios quiere actuar, no solo en lo que tú puedes, sino también en lo que tú ya diste por terminado.
Él es el Señor de lo visible y lo invisible. El Dios que abre caminos en el mar, que hace llover maná en el desierto y resucita sueños que ya estaban sepultados. Tú no estás solo. Estás en manos de quien no tiene límites y si él no tiene límites, tú tampoco tienes por qué ponerle freno a tu fe.
Jeremías 10:6 "¡¡Nada hay semejante a ti, Señor! ¡Grande eres tú, y grande tu fama y poder!"
Ora conmigo:
Señor, susúrrale a mi corazón que aunque yo no vea tú estás obrando. En el nombre de tu Hijo. Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario