Hay momentos donde lo que vemos con nuestros ojos naturales parece contradecir por completo lo que Dios nos dice.
Las puertas se cierran, las personas nos traicionan y todo parece indicarnos: que no se puede", pero es ahí donde debemos abrir los ojos de la fe. La cual no se basa en lo visible, se fundamenta en la confianza absoluta en un Dios que no miente.
Muchas veces, él nos pide hacer cosas que parecen ilógicas: Sembrar cuando no hay tierra fértil o creer cuando todo parece perdido. Pero es precisamente en ese tipo de obediencia donde se manifiesta su poder sobrenatural.
No camines por lo que ves, porque los ojos pueden engañarte. Camina por lo que Dios ha prometido, porque él nunca falla.
Aunque el panorama esté oscuro, si lo dijo, ¡él lo cumplirá...!
2 Corintios 5:7 "Porque por fe andamos, no por vista"
Ora conmigo:
Señor, seguiré confíando aunque mis ojos vean lo contrario. En el nombre de tu Hijo. Amén.
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