La cultura mundana nos empuja a planificar sin medida. Hacemos agendas, fijamos metas, estructuramos calendarios y proyectamos nuestro futuro como si tuviéramos el control absoluto.
Sentirse seguro cuando se cree tener dominio de todo es muy placentero. Pero te has puesto a pensar ¿dónde queda Dios en medio de todo esto?
Santiago 4:13-15 "Oigan ustedes, los que dicen: «Hoy o mañana viajaremos a esta u otra ciudad y estaremos allí un año, y haremos negocios y ganaremos mucho dinero" ▪︎ Ustedes ni siquiera saben qué va a pasar con su vida el día de mañana, porque ustedes son como vapor que aparece sólo por un momento y después desaparece. ▪︎ Por el contrario, siempre deberían decir: "Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello"
Este pasaje bíblico nos confronta de una forma muy directa porque no somos los autores de nuestro destino, sino administradores de cada día que Dios nos regala
Te aclaro que esto no significa que no debamos programarnos ¡por supuesto que si...! pero al hacerlo, debemos tomar en cuenta al dador de vida porque sin él en el centro de nuestros planes, obtendremos un rotundo fracaso.
No te lo digo con ninguna mala intención, pero hay situaciones que no se ven venir: una enfermedad, una pérdida familiar, una oportunidad inesperada, una puerta que se cierra o una que se abre. ¿Y sabes qué? Todo eso forma parte del plan de Dios.
Te sugiero aprendas a vivir con él, sólo así dejarás de creer que tienes el mando y te apoyarás en su sabiduría.
Ora conmigo:
Señor, sé que estás conmigo y que mi historia no se escribe sin tu mano. Me entrego a ti en cuerpo y alma para que hagas de mi lo que tú consideres. En el nombre de tu Hijo. Amén.
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