sábado, 1 de noviembre de 2025

¡EL DIOS QUE ESCUCHÓ A DAVID...!●

Todos en algún momento, nos hemos sentido al borde del colapso y es ahí donde el estrés nos entumece las articulaciones, los nervios se descontrolan, las lágrimas se asoman e incluso llegamos a decir: "no soporto más".

Pero en medio de todo esto, hay una verdad que permanece inamovible: "Dios escucha cada gemido que sale del corazón"

Escrito está:

Salmos 40:1 "Yo puse mi esperanza en el Señor, y él inclinó su oído y escuchó mi clamor"

Cuando David escribió este salmo su desesperación estaría al límite, pero su confianza en quien podía socorrerlo se mantuvo firme. Él no solo oró, clamó con el alma y lo más hermoso es que el Rey de Reyes se inclinó a escucharlo. Qué imagen tan poderosa, el Señor de Señores acercándose para oír a un hijo angustiado.

Ya lo sabes, cuando se te complique el panorama, no caigas en el pozo de la desesperación ni de los errores pasados, tampoco aparentes que todo está bien porque con eso no resuelves nada. Ora, ruega, implora, suplica desde lo más profundo de tu ser para que la fe se vuelva clamor y las súplicas  se conviertan en un grito que traspase el cielo.

Habla con él pero eso sí, con un corazón honesto, porque el Dios que escuchó a David, es el mismo que te escuchará a ti.

Con razón mi madre solía decir: "acudir a sus pies, es el acto más poderoso de confianza y humildad. ¡Aleluya, aleluya...!

Ora conmigo:

Señor, creo en ti, en nadie más. Toma mi mano y dame tranquilidad. En el nombre de tu Hijo. Amén. 




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