"De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro"
Cuidar nuestra imagen no debe convertirse en una obsesión pero si el esforzarnos en ser irreprochables, aclaro que no por esto vamos a estar libres de pecado, eso es imposible, lo digo porque hoy en día son muchos los que predican la palabra y su reputación es oscura, sin embargo, hay otros que viven y conducen su vida de una manera integra y piadosa.
Es erróneo pensar que la estima, el buen nombre y la buena fama solo concierne a los ancianos y a quienes se encargan de dirigir las ceremonias eclesiásticas, ¡no es así...! ser intachable no exime a los demás creyentes de esta responsabilidad.
Jesús dijo a sus discípulos:
"Mateo 5:16 "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
La biblia no miente y sus lineas dicen que quien se arrepiente de sus pecados y acepta al Hijo como Señor y Salvador, es transformado.
Leamos:
2 Corintios 5:17 "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas"
Efesios 2:10 "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas"
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Saber comportarse, hablar con prudencia de acuerdo a lo que enseña la Palabra y saber con quien nos relacionamos es el inicio de darle el debido cuidado a nuestro buen nombre y a nuestra buena fama, además todo el que predique debe ser irreprensible y todo creyente también.
El Buen Pastor te bendiga.
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