viernes, 1 de abril de 2022

¡SU VIDA DIO POR MI...!

Digamos que un niño de unos cuatro años de edad por descuido de sus representantes, parte un adorno costosísimo en una galería de arte.

Ante esto el padre avergonzado dice: “¡Lo siento!”.

¿Tú crees que eso será suficiente..?

¡Por supuesto que no...!

Tendrá que costear el daño ocasionado por su hijo.

La muerte de Cristo fue el precio que él tuvo que pagar por lo que nosotros quebramos, su sacrificio es lo único que anula la deuda de nuestros pecados.

El Unigénito murió en la cruz para que pudiéramos ser perdonados y obtener la vida eterna, no necesitamos intermediarios, solo se requiere acudir a Dios en actitud de arrepentimiento verdadero y aceptar a su Hijo como Señor y Salvador.

Juan dijo cuando vio a Jesús:

Juan 1:29 "—¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!"



              

No hay comentarios:

Publicar un comentario