Para muchas personas, "Semana Santa" significa diversión, playa, eventos ostentosos donde la ingesta de licor sin control es motivo de disfrute, no critico a quien vea estas fechas desde ese punto de vista, pero si me causa tristeza observar a tanta gente descarriada, sustituyendo la Muerte y Resurrección de Jesucristo por los placeres mundanos.
Minimizar y restarle importancia a los sucesos que relatan las Sagradas Escrituras, es motivo de preocupación, repito, cada quien celebra como quiere, como mejor le parezca pero estar ausente de quien todo lo puede, no tiene justificación alguna, entendamos que esta muerte es la base de nuestra fe, es el fundamento de lo que creemos.
Es hora de mostrar un cambio radical, el evangelio no es un asunto de opiniones religiosas, tampoco un cuento de hadas, todo lo contrario, es el soporte histórico de eventos reales que fueron plasmados por inspiración divina en la Biblia.
1 Corintios 15:3-5 "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; ▪ y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; ▪ y que apareció a Cefas, y después a los doce"
Jesús asumió la culpa de nuestro mal proceder, siendo cruelmente crucificado y a lo largo de su agonía decía:
Lucas 23:34 (a) "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"
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Señor, a través de tu ejemplo logré perdonar a quienes me han causado tanto daño y me han ofendido sin compasión alguna, ya las heridas del pasado no duelen, el rencor desapareció, las cicatrices también, no siento resentimiento ni tirria por nadie, entendí que la absolución es necesaria para experimentar una mejor relación con Cristo. Gracias por prepararme. Oro a tu Hijo para que así sea mientras tenga vida. Amén.
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