viernes, 1 de agosto de 2025

¡DEJA LA QUEJADERA...!●

¿Has tenido la dicha de tratar con personas que, aunque afectadas por algún impedimento físico, saben sobreponerse y encontrar la felicidad? 

Te pregunto porque a mí se han acercado jóvenes que no saben como superar sus problemas y ante las grandes preocupaciones que tienen, solo son capaces de lamentarse, en lugar de luchar por encontrar alguna salida.

También he conversado con personas que, afectadas por el peso de los años, tienen como único objetivo sentarse en un viejo sillón a ver pasar el tiempo y gruñir hasta porque la comida se la sirvieron fría. 

Mi abuela materna, siendo una anciana de avanzada edad, nunca dejó de hacer sus oficios, jamás la oí protestar. De paso cuando alguno de sus nietos necesitaba algo, ella era la primera que salía al frente.

Proverbios 16:31 "Corona de honra es la vejez Que se halla en el camino de justicia"

Acepto que el descontento surja en momentos de dolor, sufrimiento, dificultad o desilusión, pero vivir quejándose por todo no es lo ideal. 

En cuanto a esto Dios nos hace una invitación a la fe y a la confianza.

Leamos:

Salmos 55 22 "Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo"

El mensaje es un llamamiento a entregarle nuestras preocupaciones y a confiar en su plan.

No permitas que el descontento te lleve a la desesperanza. Úsala como una oportunidad para fortalecer tu relación con él, porque eso es lo único que nos puede conducir por el camino que transforma todo en seguridad y optimismo.

Si has llegado a los últimos años de tu vida, no te sumerjas en la depresión y no pases el día pensando en las calamidades que tienes, esas las tenemos todos. Siéntete agradecido y alégrate por lo que aún puedes dar.

Ora conmigo:

Perdóname Señor, por las veces que he dejado que la frustración y el descontento nublen mis pensamientos. Pongo en tus manos mi intranquilidad para que tu paz inunde mi vida, solo así podré ser transformada de adentro hacia afuera y ser capaz de vivir con un espíritu contento y agradecido. En el nombre de tu Hijo, Amén.






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