Hoy me dijo una amiga: "He pasado por momentos tan difíciles que a veces me pregunto ¿Dónde está Dios en medio de todo esto?
Sólo atiné a decirle:
"Tu dolor puede ser muy grande pero te aseguro que no hay lágrimas que él no vea ni sufrimiento que él no transforme y le puse como ejemplo biblico a José, quien fue vendido por sus propios hermanos, traicionado, encarcelado injustamente y en cada momento de su vida, incluso en los más amargos, Dios estaba tejiendo un plan mayor. Al final, lo que parecía su peor derrota se convirtió en su mayor victoria"
Se que no quedó muy convencida porque mirándome fijamente añadió:
"Tus palabras son muy bonitas pero hay que estar en los zapatos del otro para entender".
Tomándole las manos culminé con estas palabras:
"Tal vez no entiendas nada ahora, ni veas la luz en medio de la tormenta. Pero confía en esto: Dios está trabajando y cuando menos lo esperes, hará que todo cobre sentido porque lo que hoy parece un final amargo, él lo convertirá en un nuevo comienzo. Ten fe"
Romanos 8:28(a) "Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman"
Ora conmigo:
Señor, que mi corazón no se amargue en la prueba, sino que vea tu mano obrando en cada detalle. Aunque no entienda el proceso, sé que en ti siempre hay un propósito. Te entrego mi dolor y que todo obre para bien, como tú lo has prometido. En el nombre de tu Hijo. Amén.
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