Hoy en día son contadas las personas que disfrutan de una vida tranquila y sosegada, tristemente en nuestra sociedad los conflictos se hacen constantes y las actitudes hostiles se convierten en el detonante que lleva a muchos a actuar sin medir consecuencias.
Infinidad de hogares disfuncionales, convertidos en verdaderos campos de batalla. Gente ahogada en sus emociones, incapaz de conseguir la paz permanente que solo otorga el Dios verdadero.
Romanos 15:33 " Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén"
Hay quienes acuden a seminarios de meditación, a clases de yoga, a pasar vacaciones en centros terapéuticos de aguas termales o practican excursionismo, esto no es que sea malo, pero no es el camino indicado, porque con el transcurrir de los días se dan cuenta que esa quietud que han encontrado es totalmente pasajera.
Juan 14:27 "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo"
Solo quien vive en obediencia al Padre, encontrará esa serenidad y estará en condiciones de alimentarla con la guía y el apoyo del Espíritu Santo.
Salmos 34:14 "Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela"
¡Señor, gracias por regalarnos este atributo tan difícil de manifestar...!
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