Perdonar a quien ha vilipendiado nuestra dignidad no es para nada fácil pero nuestro deber, es reconocer y aceptar, que solo Dios tiene el privilegio de juzgar.
Cuando alguien te hiera no envenenes tu corazón pensando en vengarte. Deja las aguas correr y pon de manifiesto el ejemplo de Jesús.
Lucas 23:34: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen."
El Hijo de Dios no solo nos da una lección de compasión hacia aquellos que lo crucificaron, también nos muestra su amor incondicional, en medio de tan cruel sufrimiento.
Ora conmigo:
Señor, hay personas que no comprenden el alcance de sus acciones y disfrutan dañando la imagen de los demás. Sé que acumular resentimiento no soluciona nada, todo lo contrario, ponemos en riesgo nuestra salud física, emocional y espiritual. Además las Sagradas Escrituras reseñan la importancia de perdonar, dejando ese sentimiento atrás y eso será lo que haré. En el nombre de Cristo, me acerco a ti. Amén.
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